miércoles, 12 de junio de 2013

Diablo 3

Diablo. Tan solo pronunciar esta palabra hace que me recorran escalofríos de nostalgia por el antebrazo. No en vano ha sido una de mis franquicias jugonas favoritas. Voy a relatar brevemente lo que ha sido mi experiencia con el esperado reencuentro con el señor de los demonios.

<Modo Caín the Elder ON>
Era allá por el lejano año de nuestro señor 1997 cuando el infierno se desató por primera vez sobre mi CPU. Yo era un joven inexperto, que apenas había echado unas partidas al DOOM y al PCFutbol 4 cuando cayó en mis manos un juego que cambiaría mi vida. Recuerdo perfectamente el CD, con letras rojas color sangre. Instalé el juego y desde el primer instante supe que era diferente al resto.

Llegué por primera vez a Tristán, desenvainé mi espada y entré al primer nivel de la Catedral. Los horrores que allí me aguardaban me persiguieron en interminables noches de vicio sin fin.
 <Modo Caín the Elder OFF>

Este juego supuso para mi todo un acontecimiento. Era imposible dejar de jugar. Gracias a la aleatoriedad de mapas, enemigos, y sobre todo, ítems que recogías en tu aventura, no habían dos partidas iguales. Nunca sabías lo que podías encontrar a la vuelta de la esquina. Añade la genial ambientación de rol medieval, con tus espadas, hachas, arcos y hechizos (por no hablar de la música y los efectos de sonido) y ya me tienes enganchado durante meses.

Pasó el tiempo. Las cosas en Kandhuras se calmaron. Y de repente, ocurrió. El mal asoló de nuevo Santuario. Corría el año 2000. Había llegado la segunda parte: Diablo 2. Más personajes que elegir, más armas, más hechizos, más monstruos, más largo, más completo, más de todo. Mejor sin dudas a la primera parte. Una verdadera pasada. Un juego que recuerdo con especial cariño.

Vamos a partir unos cuantos cráneos demoníacos
Como si el juego no fuese ya lo suficientemente largo y entretenido, al poco tiempo surgió una expansión bastante larga por si sola, que además añadía dos nuevos personajes que completaban la plantilla. Horas y horas de diversión asegurada.

Pero ya esta bien de hablar de las pasadas entregas. Cada una de ellas da para más de un post por si sola. Hoy escribo para hablar de la tercera parte. Una que pensaba que mis ojos no llegarían a ver. No en vano han pasado nada menos que doce largos años entre la segunda entrega y la tercera. Desde luego no se puede decir que en Blizzard se tomen las cosas con prisas.

El lanzamiento a nivel mundial se produjo el 15 de Marzo de 2012. Lo normal es que hubiese perdido el culo corriendo hasta la tienda más cercana para hacerme con mi copia. Pero ciertas cosas que había oído respecto a este título detuvieron mis impulsivos pies.

En primer lugar, ser rumoreaba por los foros de Internet que el juego vendría acompañado de un fuerte sistema DRM.
Para los que no estén familiarizados con el término, el DRM (Digital Rigths Managemet) es un absurdo sistema anticopia que los fabricantes de vídeojuegos añaden a sus productos con el fin de evitar las copias ilegales. En la práctica, muy pocos DRM se han mostrado verdaderamente eficaces a la hora de combatir la piratería. En cambio, sí se han visto tremendamente eficaces a la hora de entorpecer y dificultar la experiencia jugable de aquellas personas que han adquirido legalmente su copia.

El sistema DRM del Diablo 3 es a la vez sencillo y perverso. Consiste básicamente en que para jugar al juego el jugador está obligado a estar conectado de forma permanente a los servidores de Blizzard. Juegues en línea o no. Aunque juegues tu solo. Demencial.

Has pagado los 60 euracos que cuesta la licencia. No es suficiente. Además debes crearte una cuenta en nuestro servicio online y darnos tus datos. Aún nos parece poco. Si quieres jugar, antes debes conectarte a tu cuenta online. ¿No tienes conexión? No juegas. ¿Mis servidores van del culo están saturados y no te dejan conectarte? No juegas. Estás de viaje en tren, fuera de casa y no hay una wifi decente y gratuita al alcance de tu portátil? Jódete. No juegas. ¿De repente peta la conexión, los servidores caen o Baal en persona corta la red de fibra? Tu partida acaba aquí. Genial.

ESTUPENDO
Que conste que estoy en contra de la piratería. Creo que los desarrolladores merecen ver su trabajo recompensado (otro tema es si 60 euros me parece una "recompensa" demasiado elevada) y que se debe adquirir la licencia de cada producto que se consume. Pero también creo que esta vez se han pasado. Deberían haber tenido un poco más en cuenta a sus clientes y un poco menos a la piratería.
O al menos incluir un modo que permitiese una partida Offline, cuando solo quiero perder unas horas subiendo de nivel mi personaje, sin interactuar con más gente. Como toda la vida.

Estar machacando a Diablo en la final del juego, estar ganando de paliza y que a pocos segundos de su miserable muerte, te aparezca el dichoso cartelito y tu partida (y por consiguiente todo ítem que esperabas conseguir) se vayan a la mierda sin remedio hace que la ira de bárbaro que hay en mi grite de pura desesperación.

Pero hay una cosa en este juego aún peor. Algo que te quita definitivamente las ganas de jugar. Los jugadores hardcore. Son ese tipo de jugadores de nivel avanzado cuyo único fin en la  vida parece que es farmear.
Te unes inocentemente a una partida pública esperando encontrar a otros seres humanos con los que divertirte un rato matando monstruos. Entras en el campo de batalla siguiendo a tus compañeros y de repente te das cuenta de que algo no marcha bien. Para empezar, tus compañeros son unas máquinas de aniquilación que dejarían a Conan o Atila a la altura de bebés de pañales. Descuartizan cientos de monstruos por segundo, sin detenerse ni un instante en recuperar vida o recoger los ítems que van apareciendo. Van a piñón avanzando sin parar, a menudo dejando tras de si a monstruos a medio matar, hasta llegar al boss del nivel, que suele ser un jefe final que de normal a ti te hace sudar sangre para abatirlo.

Empieza la batalla con el jefe y el pobre cae reventado a las dos hostias. No lo dudes. Te has metido en una partida de putos farmers hardcores.
Esta gente solo juega con un objetivo: subir de nivel. Les da igual todo lo demás. Y joden el juego, porque pasa de ser algo divertido a una mera persecución de farmers donde ves a los monstruos morir a tu alrededor sin que tu tengas que hacer nada. Una puta mierda.

En fin, no todo en Diablo 3 es malo (de hecho, creo que ya he comentado lo peor. Bueno, me he dejado el tema de la casa de subastas,  que ya da para un post por sí sola).

Finalmente acabé comprándolo (o más bien me lo regalaron ;) ). A día de hoy sigo jugando, si bien no lo he terminado con todos los personajes. Otro día seguiré hablando del juego, que da para mucho.

martes, 11 de junio de 2013

El regreso. Plan Bolonia

Hace bastante tiempo que no publicaba nada en el blog.
Lo había abandonado, lo reconozco y no me siento nada orgulloso de ello.

Empecé a escribir aquí como medio de motivación personal, para recordarme a mi mismo que tenía unos objetivos que cumplir, unas metas que superar.
He tenido infinidad de motivos a lo largo de estos casi dos años para publicar más de una entrada.  He tenido muchos, y muy buenos.
No sirve como excusa el decir que he estado muy ocupado (que así ha sido). Han habido ciertos cambios en mi vida que han destruido totalmente mi rutina para construir otra dinámica nueva.
Ya no tengo trabajo. Ahora estudio de nuevo la carrera.

Habrá gente que pensará que al pasar de un entorno laboral a uno universitario, mi agenda se vería liberada y mi tiempo libre se multiplicaría por diez o más. Nada más lejos de la realidad. Es más, estoy en condiciones de afirmar que actualmente paso más horas en la universidad de las que pasaba en la oficina cuando trabajaba.  Y la labor de estudiante es un trabajo que no entiende de festivos ni de fines de semana. Se trabaja de lunes a domingo, y las fiestas y vacaciones se las dedico a terminar tareas pendientes o a profundizar en materias a las que no he podido dedicar el tiempo necesario. No me miréis raro. Voy a intentar explicar el porqué.

Me he matriculado en el Grado de Ingeniería Informática. Con plan Bolonia y todo. A tope.
La nota de cada asignatura se divide en trabajos a presentar,  tareas en clase, nota de prácticas y, finalmente, nota de teoría. Normalmente la nota de teoría tiene un peso comprendido entre un 40 y un 60% del total. En lugar de realizar un examen único al final de la asignatura, se realiza a mitad de cuatrimestre un primer parcial que comprende aproximadamente el 50% del temario. Si se aprueba este primer parcial, en el segundo, al final de la asignatura, solo te tienes que examinar del 50% restante.

Parece guay. Y lo es. De hecho se puede aprobar una asignatura suspendiendo los dos parciales de teoría, si tienes suficiente nota de clase y de prácticas como para llegar al cinco. También digo que no suele ser lo habitual.

El aspecto "negativo" es que estas obligado a trabajar desde el primer día en cada asignatura si quieres estar al día en cuanto a trabajos de clase, presentaciones y controles, ya que todo suma de cara a la nota final. Hay que pencar a diario o vas de culo.

Seguramente a los que hayan estudiado una carrera en el plan antiguo (como es mi caso) les chocará bastante este sistema, bastante alejado del tradicional examen único final y definitivo. El plan Bolonia recuerda más al sistema empleado en el desaparecido Bachiller, un sistema más concebido en torno a la idea del esfuerzo constante y mucho menos en torno a la responsabilidad particular del individuo. Y es cierto.

También es cierto que esa "responsabilidad" que caracterizaba a los planes antiguos se solía traducir en no hacer una mierda en todo el cuatrimestre para luego en los últimos 15 días antes de exámenes pegarse la gran panzada de estudiar a saco sin apenas dormir.  Cafeína al poder. Había gente que no sabía ni de qué color eran las paredes del interior de la biblioteca.

Así pues, lo que en un principio parece un paso atrás en cuanto a nivel educativo y de responsabilidad personal, en realidad es una adecuación al actual nulo nivel de compromiso, esfuerzo y superación personal que afecta a la gran mayoría de nuestra juventud. Esto da para hablar mucho, si puedo lo ampliaré en otro post.

Y aún no he comentado la que es, para mi, la característica más polémica de Bolonia. Es obligatorio asistir a un mínimo del 80% de las clases lectivas para tener derecho a presentarse a los exámenes.  El no cumplir este requisito puede conllevar la desmatriculación.En otras palabras, si no vas a clase, no te examinas. Eso sí es chocante. ¿Si no vas a clase automáticamente te expulsan? En el plan antiguo era algo totalmente inconcebible. De hecho, habían clases en las que habían más alumnos en la cafetería que en el aula. Doy fe.

En resumen, diré que el plan Bolonia tiene aspectos buenos y otros malos. A su favor diré que obligarte a asistir a clase es bueno, porque con que prestes un mínimo de atención y tengas interés repercute en tu beneficio. En la cafetería en mis tiempos aprendí mucho sobre juegos de cartas, pero poco sobre programación o circuitos integrados.
En contra diré que, por mucho que los profesores opinen lo contrario, hay asignaturas para las cuales no veo estrictamente necesario acudir a todas las clases. Y las fechas de presentación de trabajos y prácticas tienden a acumularse sobre las mismas fechas. Es entonces cuando esas horas de clase superfluas las podrías aprovechar mucho más invirtiéndolas en otras tareas. Pero no puedes, tienes que ir a clase, terminar los trabajos, hacer las prácticas y estudiar.

La obligación de presentar continuamente trabajos, realizar controles, etc lo cual es beneficioso para tener las cosas frescas de cara a los parciales.
En contra, si multiplicamos todo lo anterior por el nº de asignaturas matriculadas en un cuatrimestre (mi récord está en siete), le añadimos la obligatoriedad de asistir al mayor número posible de clases, las prácticas de cada asignatura (también obligatorias) lo que obtenemos son jornadas interminables (yo he tenido algunas de hasta 12 horas), multitud de trabajos acumulados, estrés gigantesco que se va incrementando exponencialmente según se acercan las fechas de los exámenes y, en definitiva, una falta de tiempo acojonante.

Pero aún así lo prefiero. Mis notas avalan los resultados. También es cierto que no soy el mismo estudiante que perdía el tiempo y no encontraba la necesaria motivación como para esforzarse un poco en aprobar.

Ahora soy muy diferente. Estoy sobradamente motivado, me gusta acudir a las clases, me divierto haciendo las prácticas y aprendo cada vez que tengo que hacer un trabajo o una tarea. Me encanta la universidad. Ahora mismo no la cambiaría por nada. Ni si quiera por una cómoda jornada laboral de 8 horas de lunes a viernes.

lunes, 10 de junio de 2013

Es tiempo de cambios

La vida es evolución, la vida es cambio y progreso.
Todo aquello que intenta permanecer inmutable y no se adapta a los cambios está condenado a desaparecer.

Siguiendo esta máxima, hace tiempo que tomé una decisión. Una decisión que cambió mi vida para siempre. Muchos me dijeron que era una locura. Algunos incluso me advirtireron de sus funestas consecuencias. Me aconsejaron que no lo hiciera. Que me conformara con lo que ya tenía. Que no valía la pena. No les hice caso. Hoy no puedo estár más satisfecho de la dicisión que tomé.

La decisión en cuestión fue dejar  mi  trabajo. Abandonar un empleo en el que me sentía amordazado por mis superirores y poco realizado en mis tareas. Hacerlo me ha dado la oportunidad de perseguir una de esas metas vitales que todos tenemos. Uno de esos objetivos que uno mismo se va marcando a lo largo de la vida. Esas cosas que, una vez conseguidas, al echar la vista atrás y  darte cuentas del logro conseguido, hacen que te sientas orgullos de tí mismo.

Mi objetivo vital consistía en terminar de una vez por todas mi carrera universitaria. Y lo estoy logrando.

Entiendo que en el contexto actual de crisis sistémica, cuando todo el mundo tiene miedo de perder su trabajo, cuando tener una nómina es para muchos motivo para dar gracias al cielo,  en una situación como la actual entiendo que haya mucha gente que no entienda mi decisión. Que no les entre en la cabeza hacer algo semejante. Que la tache de locura. De irresponsable. Lo más suave que escuché fue valiente. Audaz. Temerario.

¿Por qué dejar un trabajo medianamente bien pagado y acomodado sólo por terminar una carrera abandonada hace tanto tiempo? ¿De qué sirve? No lo hagas. Confórmate con tu trabajo de mierda mal pagado. Dale gracias a tu jefe por explotarte y no despedirte. Olvida tus sueños. Olvida tus metas.
Olvida el mejorar y superarte. Olvida el aspirar a algo mejor.  Resignate.

NO. No podía. Imaginaba mi vida en el futuro, imaginaba que me había resignado y que me había convencido a mi mismo de que no valía la pena. Me veía trabajando en el mismo puesto, haciendo las mismas cosas, rodeado de las mismas personas y cobrando casi lo mismo. Y no me gustó. Me di cuenta de que no quería eso. De que quería más. Dije que NO. Y me alegro de haberlo hecho.

Han pasado ya casi dos años desde que tomé esta decisión. En ese tiempo he conseguido avanzar enormemente en mi proyecto personal. Todavía no he terminado, pero ya me queda poco. Y no me he arrepentido de mi decisión ni un solo segundo.

Evidentemente, no he estado solo todo este tiempo. He contado con el apoyo de amigos de verdad. Gente que no veía descabellado del todo lo que me proponía hacer. Aprovecho para darles las gracias a todos ellos. Pero sobre todo se lo debo agradecer a mi pareja. Se que sin ella a mi lado hoy seguiría ocupando mi triste silla en esa gris oficina rodeado de mediocridad. A ella va dedicado este post.

El futuro es impredecible, no sabemos que nos espera. Lo que si es seguro es que hay cosas que no cambian por si solas. Uno tiene que provocar el cambio, hacer que sucedan. Mi futuro, como el de todos, es incierto. No se si será mejor o peor que si hubiese tomado una decisión distinta. Lo que si es seguro es que será diferente, y con eso de momento me basta.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Apocalipsis Z

Lo prometido es deuda. Hace ya un par de entradas más o menos que vengo prometiendo una entrada dedicada a esta novela.
Portada de una de las ediciones del libro.

Aún no he terminado de leerla, pero me tiene realmente enganchado. Lo tengo en la mesita de noche de libro de cabecera y no puedo dormirme sin mi dosis nocturna de zombis. Nada como una buena masacre de No Muertos (término con el que se refieren a estos seres en el libro) para coger el sueñecito...

Míralos, que salaos...
No es el primer libro sobre el tema zombis que cae en mis manos. Anteriormente a este ya había leído otro muy famoso: Guerra Mundial Z de Max Brooks (si, sorprendentemente es el hijo de Mel Brooks). Y realmente me gustó. Por cierto, según dicen esta novela tendrá adaptación peliculera para el 2012.

Otro gran libro sobre zombis
Pero me estoy distrayendo del tema principal del post.  Puede que a simple vista parezca una novela más de temática zombie nacida al abrigo de la explosión de popularidad que ha vivido este género en los últimos tiempos. Algo a lo que ha contribuido enormemente la magistral serie de comics The Walking Dead del genial Robert Kirkman (me reservo mi opinión sobre la adaptación en serie televisiva para otro post).

Si la serie te parece violenta y gore, ¡NO TE LEAS LOS COMICS!
Me vuelvo a distraer.... Hablaré de lo que para mi diferencia esta novela sobre zombis del resto de novelas para zombis.
Para empezar transcurre en España. Esto consigue (para alguien que viva en España, evidentemente) que muchas de las cosas que se relatan te parezcan muy cercanas y familiares. Y eso resulta terriblemente terrorífico, puesto que la cercanía de las localizaciones y lo familiar que resulta la forma de transmitir el relato lo dota de una dosis de "veracidad" que no he encontrado en otras novelas del género. A veces resulta escalofriante.

¡¡¡ATENCIÓN!!! SPOLIERS A CASCOPORRO A PARTIR DE ESTE PUNTO.
SI TIENES INTENCIÓN DE LEER LA NOVELA NO SIGAS LEYENDO.

El protagonista es español, vive en un pequeño pueblo de Pontevedra cercano a Vigo (Galicia) y es un tipo anodino y más bien tirando a normal. No es ningún héroe ni trabaja en nada relacionado con armas o seguridad (ejercito, policía, guardia civil, etc). De hecho es abogado. Se me ocurren pocas profesiones que aporten menos habilidades a la hora de enfrentarte a una horda de No Muertos. ¿Les presentas una demanda en caso de que te muerdan?
La única experiencia que tiene con armas o matar es realizar pesca submarina con arpones.
Se trata de un tipo normal y corriente que se ve atrapado por una situación que le desborda y que sobrevive a base de improvisación, sentido común y mucha mucha suerte. Esto hace que para la mayoría nos sea más fácil identificar nos con el protagonista, ya que perfectamente podríamos ser nosotros mismos.

Lo primero que sorprende de esta novela es que no está redactada como una novela... sino como un blog de Internet. Tiene el formato de blog, con sus entradas con fecha y hora de creación, etc. Y es que realmente la idea de escribir el relato no era el formato libro. La historia surgió en un blog que el autor empezó a escribir en Internet como un hobby.
En esta entrevista podemos leer como fueron los inicios: entrevista con Manel Loureiro

El responsable de la criatura. En la foto parece que nunca ha roto un plato...
Por supuesto Manel no pensaba que iba a tener tanto éxito con la historia como para llegar a publicarla. Y no solo la ha publicado, llegando a ser un best-seller, sino que ha sacado ya dos secuelas. La última de ellas acaba de aparecer en las librerías.

Volviendo a la redacción del relato, el autor empieza contando en formato blog hechos de su vida cotidiana. Empieza a escribir el blog como recomendación de su psicólogo, para superar  la muerte de su mujer en un accidente. al principio cuenta cosas cotidianas de su vida. La inauguración de su blog coincide con un ataque terrorista en Georgia que parece tener conmocionada a Rusia. El protagonista lo relata como un suceso más, una de tantas noticias que aparecen en T.V.  Al poco se revela que el supuesto ataque terrorista a liberado un virus muy contagioso y con una altísima tasa de mortalidad entre los infectados.
Más adelante nos damos cuenta de que estamos en el punto cero de la pandemia zombie que acabará por invadir toda Europa.

Es curioso la rigurosa censura informativa respecto a la infección presente en todos los medios de comunicación occidentales. Lo que al principio parece un problema "sin importancia" localizado en un área geográfica concreta pronto se extiende a otros países.
Nadie es capaz de contener la infección. Nadie sabe de qué se trata, qué efectos tiene, si tiene cura, cuales son los síntomas o como actuar ante un infectado.

Las autoridades informan que no hay motivo para la alarma. La situación está bajo control.
Pronto se empiezan a oír rumores. Los infectados muertos "resucitan"  al poco tiempo de morir. No solo eso, además cuando "despiertan" no atienden a razones, sus facultades connigtivas y emocionales parecen seriamente dañadas, cuando no anuladas. Es imposible comunicarse con ellos, no hablan... ni respiran... como si estuvieran muertos. Y lo que es peor: tienen un ansia irrefenable por alimentarse de carne humana. Su sed de sangre es incontenible y muchos mueren devorados por estas criaturas en los primeros días de la plaga.
 
Su voracidad implacable unida a lo contagioso de la infección (cualquier víctima mordida por uno de estos seres se convierte en pocas horas en uno de ellos, siempre que su cuerpo no haya sido lo suficientemente despedazado...) hace que en pocas semanas todos los considerados países del primer mundo se vean completamente desbordados por esta amenaza.

Un mordisquito y estás acabado.

Muchos son víctimas de sus propios familiares o conocidos infectados. Imaginate que tu mujer, tu hijo o tu padre queda infectado. La mayoría intentaría salvar a su familiar como sea, sin saber que ese ser tan querido ya está condenado y, lo que es peor, que estar cerca de él supone un enorme peligro para uno mismo puesto que una vez convertido te atacará sin compasión.

Como viene siendo típico en esta clase de historias, sólo daños graves producidos directamente en el cerebro parece ser eficaz para acabar definitivamente con los No Muertos. Son totalmente insensibles a cualquier clase de dolor, no se detienen ante nada y no parecen tener instinto de supervivencia. Solo les mueve el hambre de carne humana viva. Y el sonido. Aunque parece difícil que un cadáver pueda oír, los No Muertos tienen una especie de instinto que les atrae hacia cualquier fuente de sonido que pueda producir un ser vivo. El motor de un coche, el sonido de unos pasos al correr, el disparo de un arma, este tipo de sonidos los atrae con fuerza. Aunque a primera vista puede parecer buena idea usar un coche, correr o disparar un arma para salvarse de un ataque, puede que salvemos la vida solo para descubrir que nos han rodeado hordas de No Muertos atraídos por el sonido provocado.

¿Tu mejor amiga contra los zombis? Puede que no...
Como vemos, la historia cae en numerosos tópicos referentes a los muertos vivientes. Por otra parte es difícil imaginar a este genero sin unos cuantos de estos tópicos, ya que dejaríamos de hablar de zombis para pasar a hablar de otra cosa.

Vamos a lo que hace interesante esta obra respecto a otras del género. Para empezar, para alguien como yo que reside en España, es la localización. Que la historia  transcurra íntegramente es mi país es un aliciente que además añade un transfondo más creíble al entorno donde transcurre todo. En pocas palabras, me siento más identificado con un gallego que cuenta sus peripecias ante los zombis en Pontevedra que con un marine norteamericano que cuenta sus batallitas por salvar Nueva York, por ejemplo.

Por otra parte, lo inteligente que es la trama. Dentro de lo irreal y fantasioso que es el género zombie de por si, el autor intenta dotar de una atmósfera real a los acontecimientos. Por ejemplo, el protagonista explica que es capaz de mantener su blog en funcionamiento gracias a los paneles solares que (casualmente) tiene instalados en su casa, cuando el resto del país está sumido en la oscuridad debido a la falta de corriente, a que su proveedor de Internet (que es el mismo que aloja el blog) es un pequeño operador local que sigue activo hasta el final. Y también explica que una vez sus baterías empiezan a fallar reemplaza su blog por un clásico diario en papel, con el que puede continuar con sus historia. Como decía, dentro de lo que cabe el autor intenta dotar de cierta lógica los actos y razonamientos del protagonista, así como los acontecimientos en los que se ve envuelto.

Boceto del protagonista y su compañero Ucraniano (del que no he hablado :D)
Por último tengo que destacar la acción trepidante, la intensa tensión y agobiante desesperación que se respira en casi toda la novela. El protagonista se ve obligado casi desde el principio a tomar decisiones desesperadas con el objetivo de lograr sobrevivir al apocalipsis. Y, como le pasa a todo ser humano, no todas las decisiones que toma son acertadas. Pero todas tienen su inevitable consecuencia, a veces trágica. En definitiva, el libro engancha, a veces incluso es difícil dejar de leer por la curiosidad de saber que pasa a continuación.

No quisiera desvelar nada más de la trama, por si después de leer este ladrillo a alguien aún le quedan ganas de leerse el libro.

P.D.: Esta entrada no contiene imágines gracias al nuevo formato de Blogger que NO ME PERMITE SUBIR IMÁGENES DESDE MI PC AL BLOG. Por todo lo demás no tengo queja, pero no pienso crear un album de fotos en Picassa para subir fotos a mi blob. Antes prefiero volver al formato antiguo de Blogger.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Entrada 13

Esta es la entrada nº trece desde que empecé con este blog, hace ya varios meses.
Paso de comentar los aspectos negativos del número trece, las supersticiones y demás sandeces. Me considero una persona lógica y racional. Reconozco que las leyendas tienen su encanto (me encantan las novelas épicas), pero no hay que sacarlas de su contexto: ficción y fantasía.

Simplemente me ha parecido un buen número para hacer balance del blog.

Puede que trece entradas en tres meses sean un promedio bastante bajo. Quizás debiera publicar con más asiduidad, pero tampoco quiero llenar el blog con contenido irrelevante.

Además, las últimas entradas se ha alejado bastante del objetivo inicial que me impulsó a empezar a escribir el blog. Las entradas recientes las he dedicado a temas como los videojuegos, el anime y la literatura que son mis grandes pasiones, dejando de lado la motivación principal del blog, que es precisamente la motivación personal.
Es un medio que tengo de marcarme objetivos que deseo cumplir, una forma de reforzar mis convicciones.

Y he de reconocer que de momento me va fatal. Quien recuerde la entrada dedicada a la Regla de los tres días sabrá a qué me refiero. Me marqué como meta el acudir religiosamente al gimnasio un mínimo de tres días semanales.
Hoy hace ya 15 días que no piso el gimnasio. Por lo tanto he transgredido mi propia regla. Dos veces.

Pero no me rindo. Lo fácil sería tirar la toalla. Pensar que dado el tiempo que hace que no voy no vale la pena continuar. Que he perdido el tiempo y el dinero, que al final me iba a rendir.
Me niego. No quiero que todo el tiempo invertido hasta ahora vaya a la basura.

La verdad es que me estaba sentando bien el ejercicio. Respiraba mejor, me cansaba menos. Y además estaba empezando a notar un aumento en la musculatura. ¡Hasta estaba perdiendo barriga!

Han bastado tan solo 15 días sin mover el culo para que los efectos visibles se hayan minimizado, cuando no desaparecido: mis bíceps vuelven a estar flácidos. Ya no se aprecian los músculos de mis gemelos al andar. Y mi barriga sigue ahí. Yo diría que la muy hija de puta se ha vengado y a vuelto  con más fuerza.

Eso es lo que más me jode del ejercicio físico: lo muchísimo que cuesta perder un gramo o definir un poco de cachas y lo rapidísimo que se va todo a la mierda simplemente no haciendo absolutamente nada.

Pero esto no acaba ahí. Por mucho que temas las agujetas (que no van a ser pocas), por mucha vergüenza que me de dar la cara de nuevo ante el monitor (no tengo por que dar explicaciones a nadie), por mucho esfuerzo, sudor y dolor que me cueste levantar de nuevo esas condenadas pesas. Pienso volver. Mañana....

Hoy he quedado con mi colega Rudiamar. Muchos pensaréis que no es forma de expresar unas convicciones para acto seguido dejarlo para otro día, que no es serio. Pero Rudiamar es una excepción. Es amigo mío desde hace muchos años y hace casi un año que no lo veo. Y si hay algo más difícil que mantener la barriga a raya es encontrar buenos amigos. Y esas amistades hay que mantenerlas.

Así que hoy charla y cervezas con mi colega.
Mañana gimnasio y sufrimiento.
Al día siguiente dolor. Y puede que la entrada sobre Apocalipsis Z que prometí en el último post....

viernes, 9 de septiembre de 2011

Zombies, videojuegos y cintas de vídeo

Los zombies están de moda.
Por todas partes nos bombardean con productos centrados en la temática zombie: videojuegos, películas, novelas, etc
Y tengo que reconocer que he caído de lleno en la trampa comercial. Y no me ha costado demasiado, puesto que es una temática que siempre me ha atraído. Es algo que viene de atrás.

No, el post no trata sobre este Zombie...

Nunca olvidaré los buenos ratos que pasé ante mi pc jugando a el legendario primer Resident Evil.

¡¡Esto lo arreglo yo con jarabe de plomo!!
 Reconozco que pasé mucho estrés (y en ocasiones verdadera agonía) para terminar ese juego. Visto hoy en día los gráficos poligonales de este juego (obra de arte para muchos) nos pueden parecer cutres.

El abuelo de los juegos 3d. Aún así el puñetero zombie acojonaba.
 Sin duda los más jóvenes que no lo conocieron  en su época se extrañarán de que la gente pasase miedo jugando a eso. Cuando me comentan esto yo siempre respondo lo mismo: eso es porque no lo jugaste en 1996.


Sería una tontería comparar el Resident Evil con otros títulos de temática zombie más recientes como Left for Dead (¡¡no son zombies, sino infectados!!) o Dead Rising (este último también de Capcom, por cierto). Incluso cuesta compararlo con la última versión de la franquicia: Resident Evil 5.
Sin duda la saga Resident Evil merece un post especial en exclusiva. Quizás más adelante.

Resident Evil fue un juego que marcó una época, pero aún había otro más antiguo y que también rompió moldes en su día. Un juego siniestro, tétrico, con una ambientación tenebrosa y sorprendentes gráficos en 3d innovadores en su época. Me refiero al Alone in the Dark de la hoy desaparecida Infogrames.

Inspirado en los relatos de H.P. Lovecraft, otro clásico del terror
Si a los más jóvenes el primer Resident Evil les puede parecer desfasado, el Alone in the Dark les parecerá cómico, casi una caricatura de un videojuego de terror.

¡¡Ostia que miedo!! ¡¡Un puñado de polígonos con vaga forma de zombie me ataca!!
Pero de nuevo debemos tener en cuenta el contexto histórico del juego. Y es que estamos hablando de un juego que apareció en el ya lejano 1992. Ni siquiera existía Internet tal y como lo conocemos. Es más, ni siquiera se había popularizado el uso del cd-rom.
Puede que hoy día parezca cutre pero en su día sentí angustia (por no decir miedo directamente) jugando determinadas pantallas de este clásico. Y es que la ambientación de la mansión era sublime, la iluminación (o más bien oscuridad) de ciertas pantallas magistral y la banda sonora (y sobre todo los efectos sonoros) te ponían en no pocas ocasiones los pelos de punta.

Una cosa que tienen en común ambos títulos es que los dos han tenido su adaptación en el cine (en el caso de Resident Evil desgraciadamente varias).

Vale, Milla está muy buena. Pero no lo suficiente como para pagar por ver esto.
Y también que en ambos casos las adaptaciones cinematográficas (por llamarlas algo) de estos dos clásicos se han caracterizado por ser unos bodrios infumables, con un guión totalmente ajeno al visto en los juegos y que han defraudado a fans de las sagas por millones, entre los que me incluyo. El caso de Alone in the Dark, es especialmente sangrante.

Lo realmente terrorífico de esta película es lo  mala que es. Te puede matar de indignación.
El guionista y director de esa cosa debería estar recluido en la cárcel por atentar de semejante forma contra una obra de culto.

Ya se que no se puede esperar mucho de los guionistas hollywodienses a la hora de adoptar un juego a un guión de cine. En el 99% de casos la adaptación será un desastre que poco o nada tendrá que ver con el original. Yo creo que la causa principal es que para poder realizar una adaptación más o menos fiel al juego original no basta con conocer el argumento del juego.
Tienes que jugarlo, apreciarlo. Saber que tras lo que para muchos no es más que un juego para adolescentes hay una historia sólida, con personajes carismáticos, que transmite al fan una sensación de que forma parte de algo único. Es la sensación que un buen juego deja en la mente del jugador avezado. Y es justo lo que no transmiten las producciones comerciales adaptadas a la gran pantalla, que buscan un éxito de masa adaptando la historia al gran público.
Y si intentas contentar a un gran número de gente variopinta con un producto que en principio tiene su público fiel quizás tengas más o menos éxito comercial, pero la mayoría de la gente que no conoce el juego olvidará la película nada más verla y serán muy pocos los que se animen a conocer el juego tras ver la peli.
Justo al revés que el fan del juego, que dificilmente olvidará la afrenta cometida y odiará al guionista hasta el fin de sus días.

En principio este post lo había creado para hablar del último libro que estoy leyendo y que se titula Apocalipsis Z. Es la típica novela que narra un apocalipsis zombie, en la línea del conocido Guerra Mundial Z.
Lo que realmente diferencia este libro del resto es que está escrita por el novelista español  Manel Loureiro y está ambientada en territorio español.

Pero este post ya ha crecido lo suficiente como para alargarme más sobre el tema.

Dejo el análisis de la literatura zombie para la próxima entrega de mi blog.

Prometo que será en breve. Tengo que actualizar más a menudo...

jueves, 25 de agosto de 2011

Sueño del Fevre

Me encanta la literatura fantástica de todo tipo, desde ciencia-ficción (revisar mi reseña sobre Dune) hasta la mitología o la fantasía pura y dura.

Hace unos días un amigo me recomendó un libro: Sueño del Fevre
Normalmente hago caso de lo que mi amigo me recomienda, ya que solemos tener gustos bastante parecidos en cuanto a libros.

Ni loco me subía a ese barco

Además el libro estaba escrito por George R. R. Martin, el afamado autor de Canción de Hielo y Fuego, serie de novelas de la que soy gran seguidor.
A lo mejor a muchos no os suena este autor. Posiblemente a muchos otros no os suena tampoco el título del libro. A lo mejor si hablo de Juego de Tronos a más de uno ya le empiece a sonar. Pues resulta que Juego de Tronos no es más que el primer volumen de una extensa saga de novelas a las que se conoce como Canción de Hielo y Fuego. Pero no me quiero extender más sobre este tema, no es de lo que trata el post. Ya escribiré más adelante un post dedicado a estos libros, y a la serie de televisión basada en los mismos estrenada recientemente.

Este tío con pinta de capitán de barco es el culpable de que me tire horas leyendo sus condenados libros.
Volvamos a la novela Sueño del Fevre. Se trata de una novela de vampiros que transcurre en 1857 en Misisipi, justo antes de la guerra civil estadounidense que desembocaría en la abolición de la esclavitud.
A algunos les sonará este argumento: una historia de vampiros que transcurre en los estados sureños cercanos a Nueva Orleans... ¿A qué me recuerda? Evidentemente es inevitable la referencia a Entrevista con el vampiro de Anne Rice. ¿En que se parecen estos dos relatos.
1- Aparecen vampiros.
2- Transcurren en Nueva Orleans o alrededores.
3- En principio, las dos novelas cuentan hechos acontecidos a mediados del siglo XIX (1791 en Entrevista con el vampiro y 1857 en Sueño del Fevre)

Estoy débil por la falta de sangre.... Je, je ¡no me he podido resistir!
Fin de la comparación. Las dos historias son muy diferentes, no tienen nada que ver ni en la forma de describir a estas criaturas sobrenaturales, ni en el transforndo de la historia ni en prácticamente nada más.

Es posible que George R. R. Martin se haya visto influido por la novela de Anne Rice, que se editó unos años antes, pero ambos relatos no cuentan con mayores similitudes que las ya expuestas.

¡¡¡¡Atención!!!! ¡¡¡Posibles spoilers de la trama a partir de este punto!!!

Aconsejo a aquellos que tengan pensado leer la novela que no sigan leyendo, a riesgo de que desvele ciertas tramas argumentales que pueden destriparles el relato.

Lo que más me ha fascinado de la novela es la forma diferente en que el autor aborda la naturaleza del vampiro. En las historias clásicas de vampiros, como el famoso Drácula de Bram Stoker, se da por supuesto que todos los vampiros, incluso los más viejos, originalmente fueron humanos corrientes que acaban de un modo u otro siendo convertidos en vampiros. Seres de la noche.
Por lo tanto se trata el vampirismo como una enfermedad o maldición que es capaz de convertir a un ser humano normal en un monstruo ávido de sangre.

Este NO es el tipo de vampiro del que trata el libro.
En esta historia el enfoque cambia de forma radical. ¿Y si los vampiros no son, técnicamente, humanos? ¿Y si nunca lo fueron? ¿Y si se trata de seres con un aspecto físico muy parecido al del ser humano, pero que pertenecen a un especie totalmente diferente, a una especie distinta a la humana? Una especie que ha convivido oculta entre los humanos, de los que se alimenta, protegiéndose en las sombras, ocultándose del día, vagando en la noche y construyendo a su alrededor innumerables leyendas sobre su naturaleza real, con el fin de que la verdad quede oculta entre un manto de mentiras y supersticiones.

Colgar esto en la puerta no te protegerá de los vampiros. Como mucho te proporcionará un "peculiar" ambientador...
Esto implica varias connotaciones que cambian totalmente el modo de ver a estos seres. Para empezar no son humanos porque nunca lo fueron.  Nacieron vampiros. Resaltemos este punto. ¿Nacieron vampiros? ¿Como es posible? Se supone que los vampiros son asexuados, es decir, en los relatos tradicionales se menciona su capacidad de seducción, pero no se suele hacer mención a relaciones sexuales entre vampiros y humanos... o entre vampiros y vampiros. Se da por supuesto que no tienen "interés" en el sexo como tal, solo en la sangre.
Pero eso es en la concepción de los vampiros como una especie de muertos vivientes o no muertos para los que el sexo evidentemente no es una necesidad.
Pero ahora estamos hablando de algo nuevo. Una nueva especie que se alimenta de sangre, con un corazón que late, un mamífero que como tal tiene la capacidad de reproducirse sexualmente.
Y si se reproducen como los humanos ¿como es que el planeta no ha sido ya dominado por estos seres? Dada a su evidente superioridad física les resultaría relativamente sencillo subyugar a los humanos y esclavizarlos (el exterminio lo descarto porque se privarían a si mismos de su principal fuente de alimento).

La explicación que se da es que los vampiros tienen una tasa de natalidad ridículamente baja  en comparación a la humana. Tan solo se reproducen en época de celo y debido a su longevidad un vampiro (o vampiresa) puede vivir siglos antes de sentir deseos de aparearse. Y una vez se ha apareado, pueden volver a pasar un par de siglos más antes de que le vuelva a apetecer... si sobrevive. Ya que a esto hay que unir un factor importante: la enorme mortalidad de la madre vampiresa en el parto. Un gran número de madres vampiresas mueren a consecuencia de los desgarros que durante el parto su propio retoño les provoca en un intento de salir del cuerpo de la madre atravesando órganos, huesos, piel y carne. 
No es de extrañar que a las vampiresas no les haga nada de gracia quedarse embarazadas.

Tan preciosa como peligrosa. Te chupará la sangre... literalmente.
Además existe otro motivo por el que hay un número muy bajo de vampiros en el mundo respecto a los humanos: sufrieron una persecución implacable en la baja edad media a manos de los humanos, que prácticamente los exterminaron. Actualmente puede que no queden más de un centenar de vampiros en todo el mundo.

Otro hecho particular es que a pesar de que evidentemente son posibles los encuentros sexuales entre las especies humanas y vampíricas, un vampiro jamás podrá fecundar a una humana y viceversa. Por lo que el cruce racial entre especies es imposible. No puede existir un mestizo mitad humano y mitad vampiro.

Además, y como consecuencia de todo lo anterior, se derrumban otros mitos referentes a los vampiros: un vampiro no puede "convertir" a un humano en vampiro. A lo largo de los siglos muchos humanos han descubierto a los vampiros.  Muchos los han combatido, pero también muchos les han servido con una única esperanza: que algún día su amo les convirtiese. Siendo algo imposible de realizar, incluso para el más poderoso y viejo de los vampiros, está claro que se trata de una de las leyendas que con el tiempo los vampiros han urdido a su alrededor para asegurarse de una pequeña legión de fieles sirvientes. Desde luego para un vampiro un sirviente humano tiene una gran utilidad, puesto que es inmune a lo único que realmente puede dañar a un vampiro: la luz del sol.

Convertirse en el sirviente de un vampiro no es muy saludable.
Este es el único rasgo de la naturaleza vampírica (a parte de la sed de sangre, la fuerza y velocidad exageradas y ciertos poderes mentales) que el relato comparte con la descripción tradicional de lo que es un vampiro.
La luz del sol los daña, y si se exponen lo suficiente, puede matarlos.
La decapitación también se muestra efectiva, como en cualquier ser vivo.
Son inmunes al resto de daño, contando con una capacidad de regeneración increíble, capaz de regenerar incluso miembros amputados.

El resto de supersticiones como que no se reflejan en los espejos, que no pueden cruzar un curso de agua corriente, que les repele el ajo, que duermen en ataudes, no pueden pisar suelo santificado o que no soportan los crucifijos forman parte de las leyendas que inteligentemente estos seres han construido a su alrededor para protegerse de los humanos que son a la vez su presa durante la noche y su mayor amenaza durante el día.

En definitiva una perspectiva diferente al mundo vampírico, original y refrescante, además de contar una no menos interesante historia que no quiero desvelar para aquellos que aún tengan interés por leerla.
Y por si fuera poco, el río, un protagonista más del libro. El omnipresente Misisipi que dota a la narración de ese aire cargado de melancolía y casi espectral que tan bien le pega a una historia sobre seres inmortales bebedores de sangre.