miércoles, 12 de junio de 2013

Diablo 3

Diablo. Tan solo pronunciar esta palabra hace que me recorran escalofríos de nostalgia por el antebrazo. No en vano ha sido una de mis franquicias jugonas favoritas. Voy a relatar brevemente lo que ha sido mi experiencia con el esperado reencuentro con el señor de los demonios.

<Modo Caín the Elder ON>
Era allá por el lejano año de nuestro señor 1997 cuando el infierno se desató por primera vez sobre mi CPU. Yo era un joven inexperto, que apenas había echado unas partidas al DOOM y al PCFutbol 4 cuando cayó en mis manos un juego que cambiaría mi vida. Recuerdo perfectamente el CD, con letras rojas color sangre. Instalé el juego y desde el primer instante supe que era diferente al resto.

Llegué por primera vez a Tristán, desenvainé mi espada y entré al primer nivel de la Catedral. Los horrores que allí me aguardaban me persiguieron en interminables noches de vicio sin fin.
 <Modo Caín the Elder OFF>

Este juego supuso para mi todo un acontecimiento. Era imposible dejar de jugar. Gracias a la aleatoriedad de mapas, enemigos, y sobre todo, ítems que recogías en tu aventura, no habían dos partidas iguales. Nunca sabías lo que podías encontrar a la vuelta de la esquina. Añade la genial ambientación de rol medieval, con tus espadas, hachas, arcos y hechizos (por no hablar de la música y los efectos de sonido) y ya me tienes enganchado durante meses.

Pasó el tiempo. Las cosas en Kandhuras se calmaron. Y de repente, ocurrió. El mal asoló de nuevo Santuario. Corría el año 2000. Había llegado la segunda parte: Diablo 2. Más personajes que elegir, más armas, más hechizos, más monstruos, más largo, más completo, más de todo. Mejor sin dudas a la primera parte. Una verdadera pasada. Un juego que recuerdo con especial cariño.

Vamos a partir unos cuantos cráneos demoníacos
Como si el juego no fuese ya lo suficientemente largo y entretenido, al poco tiempo surgió una expansión bastante larga por si sola, que además añadía dos nuevos personajes que completaban la plantilla. Horas y horas de diversión asegurada.

Pero ya esta bien de hablar de las pasadas entregas. Cada una de ellas da para más de un post por si sola. Hoy escribo para hablar de la tercera parte. Una que pensaba que mis ojos no llegarían a ver. No en vano han pasado nada menos que doce largos años entre la segunda entrega y la tercera. Desde luego no se puede decir que en Blizzard se tomen las cosas con prisas.

El lanzamiento a nivel mundial se produjo el 15 de Marzo de 2012. Lo normal es que hubiese perdido el culo corriendo hasta la tienda más cercana para hacerme con mi copia. Pero ciertas cosas que había oído respecto a este título detuvieron mis impulsivos pies.

En primer lugar, ser rumoreaba por los foros de Internet que el juego vendría acompañado de un fuerte sistema DRM.
Para los que no estén familiarizados con el término, el DRM (Digital Rigths Managemet) es un absurdo sistema anticopia que los fabricantes de vídeojuegos añaden a sus productos con el fin de evitar las copias ilegales. En la práctica, muy pocos DRM se han mostrado verdaderamente eficaces a la hora de combatir la piratería. En cambio, sí se han visto tremendamente eficaces a la hora de entorpecer y dificultar la experiencia jugable de aquellas personas que han adquirido legalmente su copia.

El sistema DRM del Diablo 3 es a la vez sencillo y perverso. Consiste básicamente en que para jugar al juego el jugador está obligado a estar conectado de forma permanente a los servidores de Blizzard. Juegues en línea o no. Aunque juegues tu solo. Demencial.

Has pagado los 60 euracos que cuesta la licencia. No es suficiente. Además debes crearte una cuenta en nuestro servicio online y darnos tus datos. Aún nos parece poco. Si quieres jugar, antes debes conectarte a tu cuenta online. ¿No tienes conexión? No juegas. ¿Mis servidores van del culo están saturados y no te dejan conectarte? No juegas. Estás de viaje en tren, fuera de casa y no hay una wifi decente y gratuita al alcance de tu portátil? Jódete. No juegas. ¿De repente peta la conexión, los servidores caen o Baal en persona corta la red de fibra? Tu partida acaba aquí. Genial.

ESTUPENDO
Que conste que estoy en contra de la piratería. Creo que los desarrolladores merecen ver su trabajo recompensado (otro tema es si 60 euros me parece una "recompensa" demasiado elevada) y que se debe adquirir la licencia de cada producto que se consume. Pero también creo que esta vez se han pasado. Deberían haber tenido un poco más en cuenta a sus clientes y un poco menos a la piratería.
O al menos incluir un modo que permitiese una partida Offline, cuando solo quiero perder unas horas subiendo de nivel mi personaje, sin interactuar con más gente. Como toda la vida.

Estar machacando a Diablo en la final del juego, estar ganando de paliza y que a pocos segundos de su miserable muerte, te aparezca el dichoso cartelito y tu partida (y por consiguiente todo ítem que esperabas conseguir) se vayan a la mierda sin remedio hace que la ira de bárbaro que hay en mi grite de pura desesperación.

Pero hay una cosa en este juego aún peor. Algo que te quita definitivamente las ganas de jugar. Los jugadores hardcore. Son ese tipo de jugadores de nivel avanzado cuyo único fin en la  vida parece que es farmear.
Te unes inocentemente a una partida pública esperando encontrar a otros seres humanos con los que divertirte un rato matando monstruos. Entras en el campo de batalla siguiendo a tus compañeros y de repente te das cuenta de que algo no marcha bien. Para empezar, tus compañeros son unas máquinas de aniquilación que dejarían a Conan o Atila a la altura de bebés de pañales. Descuartizan cientos de monstruos por segundo, sin detenerse ni un instante en recuperar vida o recoger los ítems que van apareciendo. Van a piñón avanzando sin parar, a menudo dejando tras de si a monstruos a medio matar, hasta llegar al boss del nivel, que suele ser un jefe final que de normal a ti te hace sudar sangre para abatirlo.

Empieza la batalla con el jefe y el pobre cae reventado a las dos hostias. No lo dudes. Te has metido en una partida de putos farmers hardcores.
Esta gente solo juega con un objetivo: subir de nivel. Les da igual todo lo demás. Y joden el juego, porque pasa de ser algo divertido a una mera persecución de farmers donde ves a los monstruos morir a tu alrededor sin que tu tengas que hacer nada. Una puta mierda.

En fin, no todo en Diablo 3 es malo (de hecho, creo que ya he comentado lo peor. Bueno, me he dejado el tema de la casa de subastas,  que ya da para un post por sí sola).

Finalmente acabé comprándolo (o más bien me lo regalaron ;) ). A día de hoy sigo jugando, si bien no lo he terminado con todos los personajes. Otro día seguiré hablando del juego, que da para mucho.

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