miércoles, 3 de agosto de 2011

Dune

Me considero un gran aficionado de la ciencia ficción. No solo me gusta ver películas o series relacionadas con el tema. Devoro cualquier libro del género que cae en mis manos. Y procuro poco a poco ampliar mi biblioteca.
He leído obras indispensables, como La Fundación del genial Isaac Asimov, El juego de Ender de Orson Scott Card o ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick , libro en el que por cierto se basa el guión de una de mis películas favoritas: Blade Runner.

Reconozco que faltaba en mi colección uno de los grandes clásicos de la ciencia ficción: Dune de Frank Herbert

Puede que muchos conozcáis Dune por la adaptación cinematográfica que realizó en 1984 David Lynch

¡Si, el tío rubio del cartel es Sting!
 Aunque muchos critican la película por su largo metraje (el metraje original superaba las tres horas, que tuvieron que ser reducidas a dos) y su dificultad para entender completamente el, por otra parte, enrevesado argumento (tristemente mutilado por la reducción del metraje), tengo que decir que a mi particularmente me gusto mucho cuando la vi por primera vez, siendo muy joven. Es un film que no suele dejar a nadie indiferente y que no suele gustar a la mayoría, pero yo guardo un buen recuerdo de la película. Las inevitables comparaciones con otros de los grandes del género, como Star Wars (la saga clásica, se entiende) y la gran ambición del director por plasmar en una única película todo un universo, tan rico en matices y con una cultura, religión, política, etc diferente a lo que conocemos, hacen que quizás el gran público no llegue a entender la obra en su conjunto. De hecho en su estreno fue un gran fracaso comercial.
Ahora que estoy leyendo la novela, creo que me gustará todavía más si vuelvo a verla. No lo descarto para cuando haya terminado el libro.

Para los que no conozcan ni la película ni el libro (que, por cierto, es el primero de una saga de 6) quizás les suene el legendario videojuego Dune
Fue un juego vanguardista para su época (1992) ya que fusionaba el género de la aventura gráfica con el de la estrategia en tiempo real, que por aquel entonces estaba en sus inicios. Otro juegos posteriores le deben mucho, como Warcraft o Red Alert. Este último, por cierto, producido por Wetswood Studios, responsables también de la segunda parte de Dune, Dune II: Battle for Arrakis.

¡Dios, que recuerdos!
Ciertamente la nostalgia me invade al rememorar estos juegos, que tan buenos ratos me ofrecieron en mi adolescencia. No me hubiese interesado por el género de la estrategia de no haber sido por Dune, el precursor inolvidable.

No voy a extenderme demasiado sobre el argumento del libro en el cual se basan tanto la película como el videojuego. Como buen relato de ciencia-ficción, el libro nos describe un universo alternativo donde la humanidad ha dominado el viaje interestelar y colonizado innumerables mundos. Los humanos se dividen en diferentes casas nobles, en un sistema parecido a los feudos medievales, todos ellos dominados por la casa del Emperador. El relato se basa en la lucha de poder entre dos grandes casas: por un lado la noble casa de los Atreides, por otro la cruel casa de los Harkonnen. Ambas casas luchan por el dominio del planeta Arrakis.

Los emblemas de la casa Atreides (halcón) y Harkonnen (toro)
 
Arrakis (o Dune, como se le conoce comúnmente) es un planeta árido y  desértico, donde la vida se convierte en una lucha constante por la supervivencia. Un mundo hostil para la vida humana, con un clima seco carente de humedad y una superficie cubierta en su gran mayoría por un interminable desierto, donde el agua es el bien más valioso que cabe imaginar.

No es donde me gustaría pasar mis vacaciones.
Además de los innumerables peligros que supone el clima extremadamente desértico del planeta para los humanos, existen otros peligros a tener en cuenta, como las extrañas criaturas que habitan ese desierto: los enormes gusanos gigantes. Estas criaturas se sienten atraídas por el menor sonido rítmico y devoran sin piedad la fuente de ese sonido, ya sea mecánico, animal o humano.

Si os parece pequeño, fijaos en las figuras a la derecha del bicho. Si, son dos humanos, seguramente dos Fremen.

¿Qué motivo pueden tener dos casas nobles para luchar de forma fratricida por el control de un planeta como este? El valor estratégico de Arrakis reside en que se trata del único mundo conocido en todo el universo donde se cosecha la especia, una clase de droga que se extrae directamente de la superficie del planeta y que puede ser usada como psicoactivo, como alimento y para su función más importante: es lo que hace posible los viajes interestelares. Por lo tanto es un recurso único y de gran importancia para todo el imperio. Se trata de una interesante historia de luchas y traiciones, con una épica característica, mezclada con supersticiones religiosas y profecías. Y no quiero desvelar más. El que tenga más interés que lea el libro o que vea la película.

Y no lo olvidéis: El que controla la especia controla el universo.

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