jueves, 25 de agosto de 2011

Sueño del Fevre

Me encanta la literatura fantástica de todo tipo, desde ciencia-ficción (revisar mi reseña sobre Dune) hasta la mitología o la fantasía pura y dura.

Hace unos días un amigo me recomendó un libro: Sueño del Fevre
Normalmente hago caso de lo que mi amigo me recomienda, ya que solemos tener gustos bastante parecidos en cuanto a libros.

Ni loco me subía a ese barco

Además el libro estaba escrito por George R. R. Martin, el afamado autor de Canción de Hielo y Fuego, serie de novelas de la que soy gran seguidor.
A lo mejor a muchos no os suena este autor. Posiblemente a muchos otros no os suena tampoco el título del libro. A lo mejor si hablo de Juego de Tronos a más de uno ya le empiece a sonar. Pues resulta que Juego de Tronos no es más que el primer volumen de una extensa saga de novelas a las que se conoce como Canción de Hielo y Fuego. Pero no me quiero extender más sobre este tema, no es de lo que trata el post. Ya escribiré más adelante un post dedicado a estos libros, y a la serie de televisión basada en los mismos estrenada recientemente.

Este tío con pinta de capitán de barco es el culpable de que me tire horas leyendo sus condenados libros.
Volvamos a la novela Sueño del Fevre. Se trata de una novela de vampiros que transcurre en 1857 en Misisipi, justo antes de la guerra civil estadounidense que desembocaría en la abolición de la esclavitud.
A algunos les sonará este argumento: una historia de vampiros que transcurre en los estados sureños cercanos a Nueva Orleans... ¿A qué me recuerda? Evidentemente es inevitable la referencia a Entrevista con el vampiro de Anne Rice. ¿En que se parecen estos dos relatos.
1- Aparecen vampiros.
2- Transcurren en Nueva Orleans o alrededores.
3- En principio, las dos novelas cuentan hechos acontecidos a mediados del siglo XIX (1791 en Entrevista con el vampiro y 1857 en Sueño del Fevre)

Estoy débil por la falta de sangre.... Je, je ¡no me he podido resistir!
Fin de la comparación. Las dos historias son muy diferentes, no tienen nada que ver ni en la forma de describir a estas criaturas sobrenaturales, ni en el transforndo de la historia ni en prácticamente nada más.

Es posible que George R. R. Martin se haya visto influido por la novela de Anne Rice, que se editó unos años antes, pero ambos relatos no cuentan con mayores similitudes que las ya expuestas.

¡¡¡¡Atención!!!! ¡¡¡Posibles spoilers de la trama a partir de este punto!!!

Aconsejo a aquellos que tengan pensado leer la novela que no sigan leyendo, a riesgo de que desvele ciertas tramas argumentales que pueden destriparles el relato.

Lo que más me ha fascinado de la novela es la forma diferente en que el autor aborda la naturaleza del vampiro. En las historias clásicas de vampiros, como el famoso Drácula de Bram Stoker, se da por supuesto que todos los vampiros, incluso los más viejos, originalmente fueron humanos corrientes que acaban de un modo u otro siendo convertidos en vampiros. Seres de la noche.
Por lo tanto se trata el vampirismo como una enfermedad o maldición que es capaz de convertir a un ser humano normal en un monstruo ávido de sangre.

Este NO es el tipo de vampiro del que trata el libro.
En esta historia el enfoque cambia de forma radical. ¿Y si los vampiros no son, técnicamente, humanos? ¿Y si nunca lo fueron? ¿Y si se trata de seres con un aspecto físico muy parecido al del ser humano, pero que pertenecen a un especie totalmente diferente, a una especie distinta a la humana? Una especie que ha convivido oculta entre los humanos, de los que se alimenta, protegiéndose en las sombras, ocultándose del día, vagando en la noche y construyendo a su alrededor innumerables leyendas sobre su naturaleza real, con el fin de que la verdad quede oculta entre un manto de mentiras y supersticiones.

Colgar esto en la puerta no te protegerá de los vampiros. Como mucho te proporcionará un "peculiar" ambientador...
Esto implica varias connotaciones que cambian totalmente el modo de ver a estos seres. Para empezar no son humanos porque nunca lo fueron.  Nacieron vampiros. Resaltemos este punto. ¿Nacieron vampiros? ¿Como es posible? Se supone que los vampiros son asexuados, es decir, en los relatos tradicionales se menciona su capacidad de seducción, pero no se suele hacer mención a relaciones sexuales entre vampiros y humanos... o entre vampiros y vampiros. Se da por supuesto que no tienen "interés" en el sexo como tal, solo en la sangre.
Pero eso es en la concepción de los vampiros como una especie de muertos vivientes o no muertos para los que el sexo evidentemente no es una necesidad.
Pero ahora estamos hablando de algo nuevo. Una nueva especie que se alimenta de sangre, con un corazón que late, un mamífero que como tal tiene la capacidad de reproducirse sexualmente.
Y si se reproducen como los humanos ¿como es que el planeta no ha sido ya dominado por estos seres? Dada a su evidente superioridad física les resultaría relativamente sencillo subyugar a los humanos y esclavizarlos (el exterminio lo descarto porque se privarían a si mismos de su principal fuente de alimento).

La explicación que se da es que los vampiros tienen una tasa de natalidad ridículamente baja  en comparación a la humana. Tan solo se reproducen en época de celo y debido a su longevidad un vampiro (o vampiresa) puede vivir siglos antes de sentir deseos de aparearse. Y una vez se ha apareado, pueden volver a pasar un par de siglos más antes de que le vuelva a apetecer... si sobrevive. Ya que a esto hay que unir un factor importante: la enorme mortalidad de la madre vampiresa en el parto. Un gran número de madres vampiresas mueren a consecuencia de los desgarros que durante el parto su propio retoño les provoca en un intento de salir del cuerpo de la madre atravesando órganos, huesos, piel y carne. 
No es de extrañar que a las vampiresas no les haga nada de gracia quedarse embarazadas.

Tan preciosa como peligrosa. Te chupará la sangre... literalmente.
Además existe otro motivo por el que hay un número muy bajo de vampiros en el mundo respecto a los humanos: sufrieron una persecución implacable en la baja edad media a manos de los humanos, que prácticamente los exterminaron. Actualmente puede que no queden más de un centenar de vampiros en todo el mundo.

Otro hecho particular es que a pesar de que evidentemente son posibles los encuentros sexuales entre las especies humanas y vampíricas, un vampiro jamás podrá fecundar a una humana y viceversa. Por lo que el cruce racial entre especies es imposible. No puede existir un mestizo mitad humano y mitad vampiro.

Además, y como consecuencia de todo lo anterior, se derrumban otros mitos referentes a los vampiros: un vampiro no puede "convertir" a un humano en vampiro. A lo largo de los siglos muchos humanos han descubierto a los vampiros.  Muchos los han combatido, pero también muchos les han servido con una única esperanza: que algún día su amo les convirtiese. Siendo algo imposible de realizar, incluso para el más poderoso y viejo de los vampiros, está claro que se trata de una de las leyendas que con el tiempo los vampiros han urdido a su alrededor para asegurarse de una pequeña legión de fieles sirvientes. Desde luego para un vampiro un sirviente humano tiene una gran utilidad, puesto que es inmune a lo único que realmente puede dañar a un vampiro: la luz del sol.

Convertirse en el sirviente de un vampiro no es muy saludable.
Este es el único rasgo de la naturaleza vampírica (a parte de la sed de sangre, la fuerza y velocidad exageradas y ciertos poderes mentales) que el relato comparte con la descripción tradicional de lo que es un vampiro.
La luz del sol los daña, y si se exponen lo suficiente, puede matarlos.
La decapitación también se muestra efectiva, como en cualquier ser vivo.
Son inmunes al resto de daño, contando con una capacidad de regeneración increíble, capaz de regenerar incluso miembros amputados.

El resto de supersticiones como que no se reflejan en los espejos, que no pueden cruzar un curso de agua corriente, que les repele el ajo, que duermen en ataudes, no pueden pisar suelo santificado o que no soportan los crucifijos forman parte de las leyendas que inteligentemente estos seres han construido a su alrededor para protegerse de los humanos que son a la vez su presa durante la noche y su mayor amenaza durante el día.

En definitiva una perspectiva diferente al mundo vampírico, original y refrescante, además de contar una no menos interesante historia que no quiero desvelar para aquellos que aún tengan interés por leerla.
Y por si fuera poco, el río, un protagonista más del libro. El omnipresente Misisipi que dota a la narración de ese aire cargado de melancolía y casi espectral que tan bien le pega a una historia sobre seres inmortales bebedores de sangre.

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