jueves, 11 de agosto de 2011

Vegeta

Soy un gran fan de Dragon Ball, la obra cumbre del genial Akira Toriyama.

He seguido la obra por televisión desde su inicio y guardo muy buenos recuerdos de mi adolescencia viendo la serie en casa junto con mi hermano Mel.

Como todo fan, tengo un personaje favorito. Uno que me cae especialmente bien y que considero que tiene una personalidad que lo diferencia del resto. Mi personaje favorito de Dragon Ball Z es, sin duda, Vegeta.

 
¿Quieres pelea?


Hay algo en este guerrero que me inspira un profundo respeto. Es un personaje muy orgulloso, con un carácter muy pronunciado. Jamás acepta la derrota y combate siempre para vencer (más bien aniquilar) al adversario, cueste lo que cueste. No se rinde. Nunca. Creo que esa es la cualidad que más respeto. La tozudez, el lograr los objetivos marcados sin importar como.  Estas características, unidas a su carácter independiente e introvertido (no considera a los demás guerreros Z como amigos, ni siquiera como compañeros) es lo hace que me caiga bien. Además no acepta el orden, ama el caos y solo respeta la fuerza. Todo un guerrero de pura cepa.

¡Yo no respeto las reglas!
Recordemos que Vegeta es introducido en la serie como orgulloso príncipe de los saiyanos. La raza saiyan fue aniquilada por Freezer, quedando pocos supervivientes de dicha raza. Sin embargo, ser príncipe de una raza prácticamente inexistente no le ha restado ni un ápice de orgullo.

En su primera aparición se enfrenta a Son Goku. Lo que empieza siendo para Vegeta una pelea con un saiyan de raza inferior sin importancia acaba siendo una lucha a muerte contra un enemigo inesperadamente temible.

It's over 9000!!!
Vegeta acaba siendo derrotado, y es obligado a escapar en su cápsula. Su rencor hacia Goku no hace más que crecer. ¿Como es posible que un guerrero de raza inferior haya logrado un poder comparable al de todo un príncipe saiyan? A partir de ese momento lo considera su rival y su única meta es aumentar su poder hasta ser capaz de vencerlo (y matarlo, si puede ser, que quede claro quien manda).

Y para lograr su objetivo será capaz de todo. Incluso aliarse con antiguos supuestos enemigos para enfrentarse a un enemigo común más poderoso. Para él en un combate lo único importante es vencer y sobrevivir para seguir luchando y ser cada vez más fuerte. No tiene compasión por sus enemigos, a diferencia del blando de Goku. No le importa matar a su adversario y no se preocupa por las consecuencias que puedan tener sus ataques en sus propios aliados. Es una máquina de luchar y no se detendrá ante nada. No respeta otra ley que no sea la ley del más fuerte y opina que todo combate es a muerte y que todo vale con tal de lograr la victoria.

Creo que todos esos rasgos lo alejan del estereotipo de héroe preconcebido y lo dotan de un transfondo más humano que cualquier otro personaje de la serie. Precisamente por que no es el típico bueno que quiere salvar a los inocentes, lucha por el bien y la justicia y respeta las reglas de juego.
Nada de eso. Vegeta lucha por objetivos enteramente egoístas, hace trampas si cree que puede obtener ventaja en el combate, tiene un orgullo desmedido (que no le ocasiona pocos problemas) que ha vece puede considerarse directamente como soberbia, y puede ser cruel y despiadado. En definitiva, su corazón alberga maldad, y esa maldad lo hace más humano que un personaje totalmente bueno que no deja de ser un ideal imposible.

¡Contempla mi poder!
Con el tiempo, su carácter se va ablandando. Se acostumbra a vivir en la tierra rodeado de comodidades. A tener una mujer y un hijo. Y olvida su objetivo: vencer a Goku. Sobre todo desde que Goku muere en el combate contra Cell. Incluso, en palabras del propio Vegeta, considera no volver a luchar nunca más, puesto que ha perdido a su objetivo. Algo inaudito para un saiyano, para los cuales combatir es tan importante como el comer.

Pero todo cambia cuando Goku regresa del más allá por un solo día para participar en el Gran Torneo de Artes Marciales. De repente Vegeta (que no ha dejado de entrenar ni un momento) tiene al alcance de su mano la deseada revancha. Lleva años esperando el momento de medir sus fuerzas con el insolente Kakaroto (nombre saiyano de Son Goku, con el que Vegeta se refiere a él continuamente) que se atrevió a vencerlo hace tanto tiempo. ¡Incluso se atrevió a salvarle la vida muriendo como un héroe contra Cell!

Todo el mundo considera esa antigua rivalidad olvidada, que es cosa del pasado y que Vegeta ha cambiado, que es mejor persona. Pero no para Vegeta. Esa sigue siendo una espina clavada en su orgulloso corazón.
Es por ello que cuando el Torneo se suspende por culpa de la intervención del Babidí, Vegeta pierde el control. Por culpa de ese monstruo el único enfrentamiento que de verdad le interesa, su lucha con Goku ya no va a tener lugar. Es demasiado para el orgulloso príncipe que está dispuesto a todo con tal de medir sus fuerzas con su rival. Incluso a ceder su voluntad en manos del brujo para que el enfrentamiento con Goku sea inevitable.

El orgullos príncipe ha regresado y quiere su venganza.
Vegeta fuerza el enfrentamiento porque es lo único que de verdad le importa: enfrentarse a su eterno rival, demostrar su poder superior y vencerlo de una vez por todas. Algunos pensarán (Goku incluido) que este hecho contradice la naturaleza orgullosa del saiyano. ¿Como puede ser que Vegeta, con todo su orgullo, se doblegue tan fácilmente a los poderes de Babidi?
Todo esto es cierto, pero hay un detalle importante a tener en cuenta. En ese momento Vegeta se ha dado cuenta de que los poderes que Goku ha desarrollado en el otro mundo de nuevo superan a los suyos. Y eso es demasiado para él. Comprende que, por mucho que le pese, el único método para lograr enfrentarse a Goku de igual a igual es someterse al brujo y permitirle controlar su alma para que a cambio aumente su poder. Lograr los objetivos cueste lo que cueste.
Y si de paso anula los remordimientos y esos estúpidos sentimientos de afecto hacía su familia mejor. De esa forma puede luchar de nuevo como antaño: con toda la fuerza y despiadada crueldad de la que es capaz un auténtico príncipe saiayano.
Además, Vegeta no cede totalmente su voluntad a Babidi, que es capaz de controlar las mentes de aquellos a los que posee. Vegeta se resiste a ese control y desobece las órdenes de ese supuesto amo, ya que a él solo le interesa Kakarot.

Y esa es la otra cualidad que me gusta del personaje: su absoluta determinación por lograr lo que se propone. Es mi meta parecerme un poco al valiente y temido príncipe de los saiyanos, tener su valor, sus agallas y no rendirme nunca ante nadie. Hay que tener mucha persistencia y abnegación. Eso es lo que busco y tengo como claro ejemplo a este saiyano que representa el carácter que me gustaría tener y con el que me quiero identificar.

¡Desaparece escoria!

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